17 marzo 2007

SALAMANDRIA IS DEAD



Siempre me ha dado envidia. Más guapa, más original, más interesante… desde que Salamandria llegó a casa, la convivencia se hizo difícil.
Mis padres y yo nos trasladamos a Almería en 1996, ella apareció, tan pequeña y marrón, poco tiempo después, y entonces comencé a odiarla, porque sabía que Ana y Pedro la querían más que a mí; y no sólo ellos, sino todos los que nos rodeaban. Me daban mucha rabia sus grandes fiestas de cumpleaños, mis padres preparaban conciertos en el Zaguán y hasta danzas con incienso en el Museo. Ojalá te mueras, pensaba, y me dejes tranquila de una vez. Poco a poco se fue haciendo más mayor, ya no crecíamos al mismo ritmo y todos la admiraban, es preciosa, cada vez es más preciosa… decían todos.
Últimamente me había acostumbrado a ella, me encantaba su azul, nuestros viajes juntas en tren imaginando crímenes japoneses. Pero como todo en la vida, Salamandria también ha tenido un fin. Este año, cuando estoy lejos de casa, de papá, mamá y Salamandria, el veneno circular del tiempo se la llevó. Y nadie sabe que yo también la amaba, nunca tuve la oportunidad de demostrar a todos que Salamandria forma parte de más de la mitad de mi vida, que es mi hermana, que la echo de menos y que no soporto la idea de no haber podido asistir a su funeral anfibio, cerca de Pedro y Ana, y de todos los que algún día compartimos sonrisa con ella.

Salamandria is dead. Pero no os preocupéis demasiado por eso,


siempre nos quedará El Gaviero.

www.salamandria.com.

(foto Luna Miguel, publicada en Salamandria nº 20 Círculo)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Salamandria ha muerto.
Viva Salamandria!

Anónimo dijo...

Al menos ha muerto con mucho estilo :)

lago dijo...

aquí no diríamos is dead sino passed away