15 noviembre 2008

El Val.


He encontrado un nuevo refugio tras la ermita. Botellas, colillas, otoño seco y un banco. Nuevo refugio oscuro. Y aunque anochezca, la luz de la Virgen del Valle me ilumina como si del corazón encendido de Ajmátova se tratara.
Esta negra separación inacabable la sobrellevo igual que tú.
¿Por qué lloras? Mejor dame la mano,

prométeme venir a visitarme en un sueño.
Somos, tú y yo, como dos montañas…

Nos encontraremos, tú y yo, en este mundo.

Si sólo me enviaras, al filo de la media noche,

un saludo como una estrella.

Anna Ajmátova