30 marzo 2010

Warp 1.9: cruzo un desierto.

Es fácil escribir sobre un poeta desconocido. Es fácil, cuando lees sus versos y descubres que de algo lo conoces. Que de algo sí lo conoces: dentro, en tu entraña azul, sí, lo reconoces. El desierto, asilo para la única ascua suave. No me ha nombrado nunca, no me ha devuelto nunca. No lo has leído nunca. No lo has nombrado nunca y sin embargo aquí está. En tus manos sucias. Manos desérticas: desde el Colectivo CAIN te dicen que en poco tiempo aparecerá la plaquette que llevaba dos años preparada, tres años escrita, dos años en la sombra: y al fin nace. Como un hijo bastardo del que también me enamoraré. Es difícil escribir sobre un poeta conocido. Sobre un poeta o sobre ti misma, y sobre unos poemas en los que apenas te recuerdas. Pero son tuyos. Sintomáticamente tuyos. Diciembre 2008 – Marzo 2010. Cruzo un desierto. Digo. Prólogo de Jordi Doce. Aquí la arena muerta, aquí el cuerpo salvado: La Mujer respira, El Hombre está de pie. De nuevo René Char, maldito poeta desértico. Cuando te descubro. Y mañana duermo contigo. Contigo en Valparaíso. Mañana Zombie. Mañana Mañana Mañana. Es fácil creer morir: lo difícil, reconocer que jamás lo hemos estado.

28 marzo 2010

Estar enfermo (VI): oleum infirmorum.

Betty Blue
Ojo por ojo, gato por gato, y sorprendida (y agradecida) de encontrar aquí esta reseña de Javier a propósito del brevísimo Estar enfermo. Con un recorrido no sólo literario, sino sentimental, y vital, y crítico pero cierto en muchos puntos. Sevilla actualidad (hate Giralda TV): un huequito entre vírgenes y santas. Entre torrijas y saetas: nuestra enfermedad:

26 marzo 2010

Rodrigo Fresán: mi poeta preferido.


Ni Visor, ni Pre-Textos, ni El Gaviero: la mejor editorial de poesía es ahora Mondadori. Es cierto. Lo sé. Lo he leído. Lo he comprendido con algunos de sus últimos títulos como Nueve lunas de Gabriela Wiener, Los muertos de Jordi Carrión, y, especialmente El fondo del cielo de Rodrigo Fresán. Ejemplos de novelas que juegan con la poeticidad del lenguaje narrativo, llevada al extremo en algunos casos. Mi hermana y yo teníamos un juego. En voz alta solíamos decir: Vamos a jugar a la mamá y a la hija. Siempre éramos mamás y siempre éramos mamas de unas hijas. El mundo de la maternidad era un mundo entre mujeres solas. ¿Quién se esconde bajo este fragmento, la Wiener de Sexografías, o la Sharond Olds de Satan says? As soon as my sister and I got out of our mother's house, all we wanted to do was fuck. La figura de la hermana en Olds, en Louise Glück (a quien la propia Wiener cita), una especie de Anne Sexton igualmente enfermiza celebrando un vientre y un útero calientes. Algo parecido ocurre leyendo a Carrión. Algo en Los muertos que recuerda a Promethea (poeta, guerrera, la que vive sólo cuando la imaginamos), a cualquier poema-homenaje a Monelle: Mientras camina, se materializa una niña sobre el charco. No debe tener más de seis años. Está desnuda, y sus retinas, enloquecidas. El pelo se le moja: negro sobre el gris asfalto. Como ese poema de Juan Andrés García Román, niña Monelle, niña de la llanura: eres la niña coronada de velas que hizo de santa Lucía en la función. Luego, estabas en el peluquero. Te cortaba los mechones con cera fundida. Un ejemplo entre muchos. Su voz entre muchos versos que se esconden, que son poesía -pura- a pesar del formato, el autor o el contexto. Y es aquí donde redescubro a Fresán. El único Fresán que yo conocía, el de Mantra y la infancia. Mantra y los niños que desde el cine o la literatura aprenden el mundo que los rodea. Martín Mantra o Ezra son como el pequeño Peter Möhlendorf en Patricio Pron, o el Dylan Edbus de Lethem. Rebeldes. Listos. Precoces. Pero también otro Rodrigo Fresán el que yo ahora leo y que podría resumir en 4:56 minutos, con una sola canción Love theme from Blade Runner. Una historia de amor, la búsqueda de la belleza a través de la obsesión por otros mundos, por otros planetas y galaxias. A través de la Ciencia Ficción. ¿Qué es el cielo? ¿Cuál su fondo? ¿Y dónde? ¿Y quién nos recordará a nosotros, los que encontramos respuesta a los anticiclones, a las estrellas distantes, a las lunas altas? Te encuentres donde te encuentres, cerca o lejos, si puedes leer esto que ahora escribo, por favor, recuerda, recuérdame, recuérdanos así. Un epitafio. Poema de la muerte. Poesía que aparece desde la primera página de este libro de pasta dura: Biblia/Evasión. Su rostro, el de ella, es el resplandor que todo lo ilumina y arrastra. Estrella de la muerte sus facciones. Y entonces la muerte era lo más hermoso que me había sucedido en la vida. La muerte no era una luz al final del túnel. La muerte era el fin de todos los túneles. De nuevo me pregunto la autoría de estos versos que bien podrían compararse a los de José Ángel Valente: Debo morir. Y sin embargo, nada/ muere, porque nada/ tiene fe suficiente/ para morir. Escribe Fresán: el espacio entre este planeta y el otro planeta es lo suficientemente pequeño como para que nosotros podamos observarlos desde nuestro olvidado mundo (y recuerda al “astronauta solo, llorando” de Fangoria). O bien: La chica rara era yo y pronto comprendí que, si voy a suicidarme, no me interesa una muerte pequeña (como si de un sentimiento de Carmen Jodra en Las moras agraces se tratara). O bien: no olvides nunca. Ha llegado el momento de recordar para siempre. Míranos. O bien: Fuego amigable, me dicen. Fuego amigo. Fuego que es el mejor amigo que jamás haya tenido, amigo. Fuego, que cuando se te mete en el cuerpo te hace sentir un frío como jamás has sentido... Rodrigo Fresán es mi poeta favorito. Mi poeta que quiere ser narrador y quiere ser replicante y quiere ser astronauta. Because de sky was pink. Porque el espacio vacío es la mejor excusa para imaginar una novela, y describir el cielo es el primer propósito de cualquier hacedor de versos. The sky was pink. The poetry was punk. Rodrigo Fresán es mi poeta favorito.



24 marzo 2010

Eme de muerte.


Toda la tarde escribiendo sobre la no escritura. Leyendo. ¿Es posible leer la no escritura? ¿Es posible escribirla? Y con qué. Y cómo. ¿Con el no corazón y los no dedos? ¿Con el no teclado, la no entraña de bilis azul, azul, azul y verde como los ojos de la mosca que esta mañana sobrevolaba las escaleras que descienden de La Latina hasta tu casa? Toda la tarde escribiendo con el miedo de no ser comprendida por esos ojos: Dile "No lo entenderás" cuando ella te pregunte por qué ya no escribes, escribe Patricio Pron. Y entonces pienso vidas imaginarias. Letras imaginarias. Páginas imaginadas que desde que no escribo he escrito en mi mente y en tu sexo. A veces se abandona la escritura porque uno simplemente cae en un estado de locura del que ya no se puede recuperar, escribe Enrique Vila-Matas. Porque releo a Pron y a Vila-Matas toda la tarde. Porque releo su no escritura y releo su sí escritura y releo cómo escriben y cómo yo no escribo, sin embargo, pulsando esta letra. Esta Eme de Muerte. Esta M. M. M. Esta Mierda Mala Monelle Mar Má Escritura que desde la primavera estéril Me invade.

Querido diario de Lesley Arfin.

Querido diario es lo que me digo yo todos los días antes de escribir cualquiera de las entradas de esta bitácora adolescente. Quizá por eso los editores de Alpha Decay eligieran mi rostro blanquecino para ser portada de este libro maravilloso que aparecerá muy prontito, en mayo. Recomendable.

La foto es de Chus Sánchez.

Exhumación (III): el 'Rostro Expresivo'.


Por eso te quiero a ti, si es que te quiero -susurra, pasándose un dedo por la mejilla cubierta de polvo blanco e intentando trazar una línea curva de color blanco en la cara de Faye-. Es por tu cara cuando adopta una expresión. Intenta mirarte desde fuera, siempre desde una perspectiva distinta. Dile a la gente que sabes que tu cara pierde su belleza cuando está en reposo […] Una vez me preguntaste cómo entendía los poemas, y también me preguntaste si nosotras, si lo nuestro pendía del concurso para existir ¿eh, cariño? […] ¿Te acuerdas del mar? ¿De nuestro mar al amanecer? […] Era obvio y era un poema porque éramos nosotras. Mira esa clase de cosas, Faye. Tu propia cara cuando adopta una expresión. […] ¿Lo ves? […] ¿No te gusta mi cara en reposo?
David Foster Wallace

22 marzo 2010

Exhumación (II): Antoine et moi.

Kitsch FM: que la poesía está en todas partes, háhá.


Ida y vuelta a Almería. Dieciocho horas de carretera y lluvia. Y quizá me esté volviendo loca. El Cabo de Gata era gris. El desierto era verde. Y en la radio del transporte Mónica Naranjo presume de garganta/seca. Y me dice versos (que ya quisiéramos algunas, que ya quisiera Pizarnik, por ejemplo, esos jodidos versos). Entre los escombros de mi soledad. Paraíso extraño donde no estás tú. Y aunque duela quiero libertad. Qué me pasa. Pienso. Por qué tiemblo. Qué me pasa. Pienso. Por qué quiero citarlos. Por qué enciendo Spotify y busco la canción que odio. Por qué la canto. ¿De qué sintetizador lolailo puede salir tanta poesía? Ida y vuelta. Madriz sangrienta. Dos horas de sexo. ¿Por qué tiemblo?

16 marzo 2010

Sobre Un zulo propio en Koult.es



Para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propio; y eso, como ustedes verán, deja sin resolver el magno problema de la verdadera naturaleza de la mujer y la verdadera naturaleza de la novela...

Más sobre Itziar Ziga y Virginia Woolf aquí:ç

Estar enfermo (V): un poema de Roger Wolfe.

Estoy enfermo.
Días enteros sin salir de casa.
La cabeza se me va.
Me relajo
con pornografía y tranquilizantes,
cigarrillos y café. Extrañas
mezclas.
Hoy he puesto la tele.
Una señora que quería volarle
la tapa de los sesos a alguien
y luego restregárselos por la cara.
La de ella.
Más muertos. Más cigarrillos,
tranquilizantes y café.
Enfermo. Es evidente.
Roger Wolfe

14 marzo 2010

Género azul.

Género ficticio de estas tardes, leyendo noticias tristes: el gorrión desaparece. Desaparece el canto. Polución idiota, hacia dónde llevas al poeta gris. Y si no existe. Como la ciencia ficción. Y si no existe. Cómo escupir al cielo.

10 marzo 2010

Petit moineau de merde.



Ocupado en los pájaros descuidas
la nutrición. Te salen ramas
y hojas, decreces.
Pablo López Carballo

Estoy cansada. Me duelen las alas. Los pulmones. El vientre. Mi vanidad. Mis pezones. Pájaros y más pájaros y mi esqueleto de plumas se llena. Mi boca de plumas se llena. Mi cansancio: de sueños se llena.

08 marzo 2010

Sobre unas ruinas encontradas.


Miro los árboles. Miro el árbol. Miro los árboles. Miro el árbol. Me mareo pensando que encuentro las ruinas (perfectas). No son ruinas si son perfectas. Las ruinas bajo el árbol de mi ventana. La perfección de un verso o una piedra. Dos mil diez es el año de los poemarios perdidos. El año de la edad azul: sí canta el pájaro.
Sí canta el pájaro.
Sí,
canta.
El árbol.

Los maullidos de Javier Gato en Koult.es

Laura Rosal

Así empieza mi colaboración es este fantástico espacio
de difusión cultural:

07 marzo 2010

(El comienzo de) La primavera.



Me dijo P. que los poetas tienen mucha suerte. Que los poetas escriben libros diminutos, vidas diminutas, así. Que sus obras completas no superan las trescientas páginas. Que qué suerte, sí. Que qué pena. Me dijo P. que la literatura estaba llena de enfermos. De enfermos con enfermedades venéreas y peludas. Enfermedades peludas. Enfermedades con pinzas. Me dijo P., antes de quemarse la lengua con un trozo de papel.

Me dijo D. que Roberto Bolaño conoció a P. en una isla desierta. Una isla llena de monos saltarines y de pájaros ciegos. Me dijo D. que nunca creyó a P. Me dijo D. que las palabras de Roberto Bolaño olían a jamón y a lluvia. Que sus ojos (los de D., quién sabe si los de Roberto) tenían el color de los de un gato miau. Y que era amante (él, quizá también Bolaño, quizá, fuck, P.) de las casualidades de los libros. De los poemas nunca escritos. De los charcos inmensos de Madriz.

Me preguntó. Me preguntó I. por el futuro ching. Me preguntó y le pregunté que cuándo juntos. Que cuándo los poemas se alargarían hasta la página mil. Me preguntó I. mientras le daba un sorbo al zumo de tomate. Te has pasado con la pimienta. Y al rededor no había nadie. Y I. escupió a la taza. Y de la taza emergieron preguntas. Muchas preguntas. ¿Quién lo sabe?, dije. ¿Tú lo sabes?, recordé. Jódeme, leí.

Pronuncié entonces. Dije. Predije. Porque mi vida no ocupará más de tres páginas. Porque cásate conmigo. Porque Roberto Bolaño nos vigila, allí, como una estrella distante, esperando la primavera.

06 marzo 2010

Horny literature.


Que ser joven no sea una virtud sino una necesidad: las manos rotas. Je veux te sucer la bite. Que ser poeta no dé pena, ni miedo, tampoco sueño. (Esas fueron mis últimas palabras, pensé). Que la honestidad nos lleve al verso. A las mil quinientas páginas. A las tardes de zumo y leche. De galletas y pan. A los libros que aún no hemos compartido.

Madriz: la poesía picotazo.

from TOMOTO

05 marzo 2010

Autoclick en el EP3.


De las narrativas cross-media de Vicente Luis Mora al "archivo" de "capítulos descartados" de punkjournalism.com, de Robert Juan Cantavella. O el spoken word en Fernández Porta; las sesiones de dj de Kiko Amat; las entradas en Google de laegosurfer Llucia Ramis; el blog/querido diario/poemario abierto de Luna Miguel —"Soy quien soy gracias a blogger.com"—; los booktrailers de Agustín Fernández Mallo; la zona de descargas de textos de la nueva web de Javier Calvo; la novela 2.0 de Enrique Rubio; el disfraz de zombi de Manel Loureiro, y la camiseta de "Soy un cornudo" de Valeriano Campillos. Todo vale siempre y cuando escribas un buen libro.
Gabriela Wiener

04 marzo 2010

Sombra y voz: otra vez Panero.

Se ríen del hombre los dioses
Porque no tienen labios para la frente
Porque no tienen frente
Y son bobos e idiotas los dioses
Porque no saben vivir
Leopoldo María Panero

03 marzo 2010

Plastic eye (o el nacimiento de Presspectiva).

De la mano de Israel Paredes llega Presspectiva. Una revista de arte, crítica, poesía, cine, ensayo... en la que caben muchas voces. Muchos iris. Ojos. Tacto. Con nombres que para mí son familiares como el de Jordi Corominas o el de Javier Moreno. También he hecho descubrimientos hermosos como el de Leticia Vera o Juan Carlos Parra. Este número cuenta además con un dossier dedicado a la narrativa norteamericana en donde Ibrahím (o Antonio J. Rodríguez, bla bla, como prefieran) nos acerca a la paradoja del superyó en David Foster Wallace. Mi colaboración de este número se llama Tengo frío y está dentro de la sección Plastic Eye con la que pretendo participar en cada número: versos y fotografías de viajes o de ciudades, a modo de diario. A modo de iris. De Ojos. De Corazón Plástico.

De mi obsesión por los pájaros.


Y sobre la página flotan los ruiseñores
Vencidos por la palabra
Leopoldo María Panero

no sé si pájaro o jaula
mano asesina
Alejandra Pizarnik

¡Vuela, pájaro, grazna tu canción
en tono de pájaro desértico!
Friedrich Nietzsche