30 agosto 2011

(3x1) Última entrega: entrevista a Marina Ramón-Borja, Odile L'Autremonde y Raúl E. Narbón.

Betty Blue
Llega la última entrega de las entrevistas a jóvenes autores a propósito de Tenían veinte años y estaban locos (La Bella Varsovia, 2011), que tiene fecha de salida el 26 de septiembre, es decir YA. Han sido unas semanas divertidas y amenas en las que hemos podido conocer los secretos, miedos y rarezas de algunos de los autores más jóvenes del panorama literario español. No tenía previsto acabar en la octava entrega, pero hay tres autores que no han querido o podido estar con nosotros en estas entrevistas o conversaciones de 3x1. Sin embargo, aquí están Marina Ramón-Borja (Almería), Odile L'Autremonde (Madrid) y Raúl E. Narbón (Valencia). Marina ha sido bloguera durante mucho tiempo. Su blog era un diario magnífico de poesía, citas y fotografías potentes. Ha publicado en varias antologías y revistas y ha recitado en algunos festivales. Es autora de una plaquette y es pintora y bailarina. Odile es estudiante de filología, activista del 15-M y poeta. Es, junto a Miguel Rual, una de nuestras autoras más jóvenes, además de musa de algunos creadores de nuestro tiempo. Raúl, en la biografía que nos mandó para la antología en papel sólo dijo "Raúl E. Narbón. Valencia 1987. Todos los poemas son inéditos." Pero os diré que también es cantante de uno de los grupos "guapos" que he escuchado últimamente, Gypsy Casino, junto a Julio Fuertes. Ninguno de los tres tiene libro publicado pero eso no es lo que más les importa. Son listos, son hermosos, escriben bien y saben lo que quieren. Aquí dejo sus respuestas y aquí me despido hasta mediados de septiembre, cuando el libro esté por fin en nuestras manos: gracias, besos y locura. 

*Para algunos de vosotros Tenían veinte años y estaban locos será vuestra primera publicación en papel. ¿Qué supone este hecho en vuestros planes como creadores?

Marina Ramón-Borja: No es la primera vez, pero como si lo fuera. Mi primera publicación en papel fue en la antología Cangrejos al Sol (Cangrejo Pistolero, 2010) y en marzo de 2011 me editaron una plaquette con motivo de mi recital en Los Banderines del Zaguán. Esta vez el motivo es distinto, es un proyecto de gran envergadura, no solo la publicación de la antología y el blog, me refiero sobre todo al trabajo y esfuerzo que hay detrás. Es un proyecto que aporta una visión de lo que es parte de la poesía española actual, una catapulta para nuestra metralla, puag. Por todo ello estar incluida desde un principio en este núcleo de jóvenes poetas a los que llamas locos es un enorme placer, porque yo no me consideraba poeta, aun sigo sin hacerlo y mira dónde me has metido (risas). Dejando a un lado la pésima chanza…será un paso más, firme y serio, para cada uno de nosotros, para algunos quizá una bien querida responsabilidad.

Odile L’Autremonde: La habitación imborrable de mi voz, dentro de un edificio lleno de poetas.

Raúl E. Narbón: En realidad me cuesta hablar de mis planes como creador porque en principio no asumo completamente una imagen de mí mismo como tal, como poeta en este caso; me parece un título de envergadura. Pero dejando a un lado esta reticencia un poco boba, creo que no altera mis planes; seguiré haciendo cosas según me lo pidan los ánimos, si es que eso significa algo. Además, la publicación de unos pocos poemas en esta bonita antología no creo que suponga un compromiso fuerte con el hecho de publicar, por lo que en mi opinión no cambia mucho las cosas.   


Raúl E. Narbón
*¿Publicar en papel -en antologías, revistas, plaquettes o libros propios- es una obsesión o un fin en esta época reinada por lo digital? ¿Tenéis proyectos de publicación entre manos? ¿Os presentáis a premios? ¿Rechazáis la idea de publicar un libro pronto?

Marina Ramón-Borja: Hasta ahora mis publicaciones han sido a pequeña escala, quiero decir, he participado en una antología, en algunos blogs y revistas y publicado una plaquette, a veces tengo la sensación de haber ido demasiado rápido. Para mí no es una obsesión el hecho de publicar, ya sea en papel o en formato digital, ya que por mi forma de trabajar me interesa más el proceso de la obra que la propia obra. Me gusta pulir cada cosa que hago y sí me obsesiono con su perfección, cuando ya no puedo sacar más lo dejo como inacabado. Si algún día publico lo que tengo en mente será porque Julio me habrá zarandeado la cabeza y me habrá dicho: “Eh, chilling, todo va a ir bien” y porque estaré completamente a gusto con su contenido, no quiero maldecir mi primer libro, aunque acabaré haciéndolo.

Qué podría decir ahora de presentarme a premios…


Odile L’Autremonde: Es cierto que el momento en que vivimos parece inocularnos una urgencia imperiosa por publicar. Pero de momento, yo me mantengo en el cuarto oscuro, trabajando en mi poesía. Espero terminar pronto un poemario que se lleva gestando varios meses y después, quién sabe. Quizá lo queme. Es broma.

Raúl E. Narbón: Publicar en papel es una alegría. Yo soy de esos pesados romanticones que gustan de oler libros y encontrar ediciones boniquetas, con papel y cubierta tal. La de la antología, por cierto, me encanta. Por otra parte, no tengo ningún proyecto definido ahora mismo, los poemas van sumándose, a ritmos diferentes según qué temporadas, pero jamás tengo la sensación de estar convencido con ellos, ni siquiera con los que van a ser ahora publicados, así que lo más seguro es que no publique nada en tiempo ni me presente a ningún premio. Que soy un cobardica, más que nada, esa es la verdad. 
*Unos tenéis blog y otros sois más activos en Facebook, Twitter y Tumblr. ¿Qué os han dado las estas plataformas en lo que a vuestra trayectoria y aprendizaje se refiere?

Marina Ramón-Borja: Utilicé varias plataformas y finalmente acabé eliminando algunas y abandonando otras, es sabido por todos que es una buena forma de dar a conocer tu trabajo y de conocer el de otros, es una enorme biblioteca digital. No descarto la idea de volver. Ahora solo utilizo Facebook como herramienta para estar en contacto con amigos, familiares o conocidos y seguir su trayectoria.

Odile L’Autremonde: Hace un año que mantengo un blog cada vez más en desuso por lo trotamundos que estoy hecha. Este espacio es para mí una herramienta de trabajo. Normalmente, suelo pulir los poemas que publico y, en fin, los que me convencen los guardo. A través del blog he conocido a bastante gente con la que he compartido buenos momentos y también me ha abierto la puerta a oportunidades como ésta.

Raúl E. Narbón: Ná de ná. 
*¿Y qué relación tenéis con vuestros contemporáneos -no sólo con los jóvenes o compañeros de antología, también con otros creadores coetáneos-? ¿Cómo han influido en vuestra obra o en vuestras ambiciones?

Marina Ramón-Borja: Personalmente conozco a pocos de los compañeros que aparecen en esta antología y de los que tengo el gusto de conocer, así como de otros creadores, puedo decir que son personas sabias (algunos a su corta edad) y comprometidas con lo que hacen, de las que aprendo día a día, ya sea directa o indirectamente.

Odile L’Autremonde: No he leído tanto a mis coetáneos como para que verdaderamente me hayan influido. Pero sí me ha supuesto un empujón ver que somos muchos los que acogemos el grito de la poesía en nuestras bocas.

Raúl E. Narbón: Conozco a algunos poetas de mi generación. Algunos son amigos muy íntimos, gente a la que quiero mucho, es decir, mi relación con ellos es más personal que “profesional”, como habitualmente sucede en las generaciones de poetas. No sé de qué modo exacto han influido en mí ni con cuánta intensidad, pero que eso está ahí y que es un ingrediente del puchero, de eso no me cabe duda. 
*Todos procedéis de distintas ciudades en las que imagino más o menos “movimientos literarios”. ¿Hacéis recitales, performances, actuaciones? ¿Participáis en la vida “literaria” de estos lugares?

Marina Ramón-Borja: He vivido en Almería y en Granada pero fue hace dos años coincidiendo con mi traslado a Sevilla cuando comencé a tener vida literaria activa, allí he participado en algunos recitales de Las Noches del Cangrejo y en el III Festival Internacional de Poesía de Sevilla, en marzo me invitaron a recitar en Los Banderines del Zaguán en Almería. Suelo recitar con música en directo, en Sevilla me acompañaba Vicio (Fernando Bazán) y en Almería Dani León y Mr. Cósmico, buenos músicos estos, concretamos a última hora lo que íbamos a hacer, minutos antes de salir al escenario. En los recitales me gusta improvisar, darle libertad e importancia al que me acompaña y dejarme llevar, tejer poco a poco sin saber de qué color será la madeja. Y así hago, al igual que cuando bailo me separo del público, del mundo, es una sensación muy extraña y bonita, por eso me gusta hacerlo pocas veces.

Odile L’Autremonde: En general sí, me he criado en el escenario y es algo casi instintivo. Recuerdo que la primera vez que recité en público fue en el Bukowski y a partir de ahí, he frecuentado Los Diablos Azules y varios locales de Lavapiés.

Raúl E. Narbón: Participé hace unos años, ¡oh, años mozos! Ahora nada de eso, sólo me hago pelo de poeta y me paseo por ahí para que la gente crea que me dedico a esto. Trabajo menos y mercadotécnicamente hablando me cunde más. Bromita. 


Odile L'Autremonde
*Algunos os conocéis, sois amigos, otros ni siquiera habíais escuchado vuestros nombres antes de saber que compartíais espacio, de hecho, hasta la publicación en octubre de Tenían veinte años y estaban locos apenas os podréis leer en la red y en el Tumblr de origen. ¿Habéis hecho algún descubrimiento cotilleando la obra de vuestro compañero de al lado?¿A quién echáis de menos en un libro de estas características?

Marina Ramón-Borja: De los que conozco de la antología me gustaría resaltar a Raúl E. Narbón, me fascina, lo poco que he podido leer de él es muy potente, directamente proporcional a cómo es estar con él una tarde; David Leo García es caso aparte, todo el mundo lo sabe, comenzar (ya joven y loco) tu primer libro con un Antes que nada es empezar muy fuerte ¡La vírgen! Y Ruth Llana, quien atraviesa y deja herida limpia, me muero por conocerla, pero la muerte llegará demasiado tarde y para entonces ya estaremos tomando té en la Ciudad Púrpura (HÁ).

Odile L’Autremonde: Conocía previamente a bastantes de los participantes. Poetas a los que he leído, con los que he bebido vino y charlado hasta el amanecer.
Mis descubrimientos hasta la fecha han sido: Bárbara Butragueño, María Bautista,  Ruth Llana, Miguel Rual, Sara R.Gallardo y Natalia Litvinova. Pero en fin, cuando tenga el libro en mis manos les dedicaré todo el tiempo que se merecen.
Me hubiese gustado que ellos también pudieran haber estado: Miguel Retana, Karel Bofill Bahamonde, Juan Bello, María Sánchez, Ana Castro y Clara Marañón. Creo que tienen una grandísima fuerza como poetas.

Raúl E. Narbón: Conozco a una de las antologadas y es un encanto de mil besos en la frente. Quitando esto, si te soy sincero, no he cotilleado seriamente el contenido de la antología. Echo de menos algún nombre, que no diré para hacerme el interesante, que es lo que llevo haciendo toda la entrevista. Proyectarse: esa cosa. Lo siento, divago un poco: astronauta, lentejas, Do Re Mi. Defenestrar. 
*¿Cómo pensáis que será recibida vuestra voz?

Marina Ramón-Borja: Supongo que como cuando vas a ver una obra de ballet, con la diferencia de que aquí no hay solistas ni primeros bailarines, todos somos Cuerpo de baile, aunque la trayectoria de algunos sea más amplia. Habrá quien guste más y quien pase desapercibido.

Odile L’Autremonde: Como se perciben una sucesión de sueños bajo los mismos párpados. Uno entre tantos.

Raúl E. Narbón: No lo digo por molerme a piedras, ni por humildad o autocrítica (ese estorbo), ni por falsa humildad (Belcebú), pero creo muy posible que, con toda justicia, sea duramente interpretada. Creo que no hago la poesía que me gustaría hacer, no soy exactamente lo que escribo. Siento en ocasiones que mis poemas reflejan a un yo con batín a cuadros y pantuflas, un poco serio o algo retórico, no siempre veraz en la transmisión al papel, al poema. Tampoco me parecería un desatino castigable con un tiro en el pecho que a alguien le gustara. Estos poemas serán bien y mal recibidos.
Los que se inclinen por la primera opción serán, lo más seguro, gente increíble, potenciales talentos e incluso algún genio, personas amables que ayudan a los bastones de los ancianos a cruzar la acera, un poco despistados, pero ¡ay! con su encanto y sus pequeñas historias, y el aroma del café y esos pequeños momentos, etc. Sobre los segundos no me voy a pronunciar. Bromita. 
*¿Os da miedo la repercusión, la crítica, el comentario?

Marina Ramón-Borja: No. “Trabajo para todos”, se lee en una pintada.

Odile L’Autremonde:  Ojalá lleguen críticas constructivas. Pero miedo a las destructivas, nunca.

Raúl E. Narbón:  A veces bastante, pero siempre nada. 


Marina Ramón-Borja
*Los lectores y vosotros mismos veréis la diversidad que hay en el libro, pero también apreciaréis que muchos tocáis temas comunes o tenéis influencias parecidas. Ya sé que es difícil... pero ¿cómo definiríais la poesía que hacéis? ¿Y cuáles son vuestras influencias, no sólo literarias, sino en general?

Marina Ramón-Borja: Mi camino como escritora no es tan largo, antes que poeta soy bailarina, voy de puntillas como bien dijiste una vez, y esto cada vez se acentúa más ya que el respeto que siento por la literatura está resultando ser el mismo que siento por la danza, y esto es bueno, muy bueno, porque ambos me apasionan como lo hace la música o el arte. Desde que empecé a bailar he trabajado mi cuerpo día tras día, quiero que con la literatura sea lo mismo, un trabajo constante y diario. Puedo hablar de las influencias que tengo de las distintas ramas del arte que practico: catálogos de artistas plásticos, los clásicos y no tan clásicos, como Marina Abramovic, Louise Bourgeois o Ana Mendieta, Joseph Beuys, Bill Viola o las Guerrilla Girls, entre otros, así como los manifiestos de los movimientos artísticos. La música también es un referente que predomina, escucho mucho flamenco y música clásica desde que empecé a bailar pero me chifla el blues, el Rock and roll, el grunge y el stoner (Por Buda, iba al conservatorio de danza con pulseras y collares de pinchos). De mis influencias literarias quiero nombrar entre otros a Dámaso Alonso, Hijos de la ira fue el primer libro que leí de poesía hace muchos años en la biblioteca del pueblo donde vivía, a José Ángel Valente, al que vuelvo una y otra vez o Miguel de Unamuno y su nívola Niebla fue también de lo primero que leí por azar y propia elección, y una lista de número infinito que aumenta: Miguel Hernández, Góngora, Aleixandre, Rimbaud, Cela, Virgine Despentes, Simone de Beauvoir, Mallarmé, Jack Kerouac, Truman Capote, Anaïs Nin, Shakespeare, Cortázar…

Odile L’Autremonde: Busco el disparo de pólvora mojada, la cama vacía y el tacón roto. Pero también me interesa mucho ahondar en la sociedad, los rostros ajenos, el grito anudado y el puño escondido en el bolsillo.
En cuanto a influencias, podría nombrar la voz de Lhasa, los poemas de Éluard, Lorca, Aleixandre, Pizarnik, Prevert, Desnos y Bachmann (entre muchos otros), la prosa de Pessoa y de Bolaño, la música de Satie, Django Reindhardt y Madredeus,  las 6 de la mañana en el metro de Madrid, la ausencia de límites y el vértigo a la caída.

Raúl E. Narbón: La poesía que hago es un intento de estar más cerca de algo mío que no sé que es, un intento de decírmelo. Salvando la imprecisión que conllevan las comparaciones, diré que es algo parecido a lo que se da cuando hablamos con alguien y nos dicen algo con unas palabras con las que sentimos comprender a la perfección. Podría entenderse como una especie de rigor en el describir lo que observamos, y un querer verlo hermoso. Verdad y belleza, dicen, ¿no? Quizá otro día te respondería algo muy distinto, así que no te fíes mucho de lo que digo.
En cuanto a las influencias, pienso que si alguien quiere ser o se dice poeta, no puede limitarlas a la poesía y a las diversas artes, ni a la cultura en general. Estar vivo y tener los ojos muy abiertos es el trabajo del poeta. Las influencias llegan de todos lados y se reproducen en uno de un modo distinto a cómo son en realidad. Porque, digamos, yo soy diferente a una manzana, y no tengo la obligación de respetarla. Además, cómo decía X, hasta la forma o las líneas de mi mano me configuran, y si uno es poeta y escribe, no puede renunciar a esta influencia, no puede escapar de sí mismo. 
*¿A qué poeta os parecéis? ¿A qué poeta os gustaría pareceros? ¿A qué poeta dirán que os parecéis?

Marina Ramón-Borja: No lo sé. Ahí están las influencias.

Odile L’Autremonde: No sé, no sé. No sé si quiero saberlo...

Raúl E. Narbón: Tener algunas de las virtudes de Valente, Edgar Lee Masters, Robert Lowell o Lorca, entre otros, no estaría mal, pero, remitiéndome a la respuesta anterior, yo no tengo sus manos. Ni ellos las mías. No sé, por otra parte, a quién me parezco ni a quién dirán que me parezco.
*¿Por qué, después de todo esto, consideráis que estáis locos?

Marina Ramón-Borja: ...

Odile L’Autremonde: Porque, citando a Batania, nuestros caballos no mueren por falta de viento.

Raúl E. Narbón:  Porque verf barrabum qué espuma. Y por la risa.

28 agosto 2011

L'auberge espagnol.






Extraña luz azul: volver a pasear por un mar que tú conoces. El dolor es el idioma común de quienes saben intercambiar sus pupilas. El dolor es el idioma falso, el idioma que tú no sientes, el idioma de los inútiles. Yo quiero hablar el asco. El azul como el asco. Yo quiero hablar. Ratones en el cuerpo. Ratones en tu cuerpo. Yo quiero hablar. Dormir quince horas seguidas y quince siestas la misma tarde. Nada de lo que digo tiene sentido cuando hablo el asco. Nada tiene sentido cuando dices dolor. Porque soy inútil como mi vientre, o eso escribí, o eso dicen. Que no acabe agosto. Que no vuelva su luz. 

26 agosto 2011

25 agosto 2011

Las calles no son nuevas, las calles huelen al gesto que pido.

No puedes hacerme daño.
Mi necesidad de ti es lo que me duele. Dejemos las cosas donde deben estar: el infinito, en su imposible, lo cotidiano, en su repetición.
Chantal Maillard

22 agosto 2011

Masturbación: última noche en Madriz.

Lo más emocionante de la madrugada es este momento. Me voy y el mundo entero está a mi alcance. Aquí mis libros. Aquí mis maletas -vida en archivo zip, quizá cuarenta kilos, quizá todo más leve-. Aquí mi ordenador. Aquí mi pornografía. Aquí mis dedos. Debajo el pijama. Las bolas chinas. La botella de agua. Aquí el miedo a los mosquitos. El árbol en la ventana. La enumeración, una vez más. La estéril soledad. Los versos que te copian. Los que tú quieres copiar. Lo más emocionante sucede en este momento. Tengo dos libros a mi lado. Los leo y los voy alternando. Pájaros de fuego, de Anaïs Nin y Husos, de Chantal Maillard. Los leo pero no enteros porque el segundo lo tengo reciente y el primero lo conozco bien de épocas pasadas (aquí la abuela manda e Internet debe cortarse a determinada hora, adiós módem, adiós sexo, adiós soledad estéril y pornográfica). Conozco bien Pájaros de fuego, cada relato y cada embestida descrita, pues en Complutum es imposible saciar ese deseo que a veces, en la noche, llega y quema. Lo más emocionante, decía, es esto. Este momento en el que leo Husos y vomito. Este momento en el que leo Pájaros de fuego y me excito. Enfermedad y sexo, cáncer y caricias, vísceras negras y penes erectos, tumores en el ano y lametones en el coño, sangre y semen, Maillard y Nin. Por cada cuento erótico diez páginas de enfermedades y agujas hasta que de pronto las dos lecturas se convierten en una y ya no sabes qué provoca más placer si el dolor o el orgasmo o si acaso son lo mismo; si esta es mi forma de combatir el miedo. Combatir el sexo. Follar el amor. Hacer el escupitajo. Menuda manera. Menuda ficción defectuosa. Pájaros de hilo. Husos de fuego. Mañana vuelvo con él. Mañana se acabó esta locura. Mañana estaré al fin en nuestra cama de Barcelona. Y ahora, si me disculpáis. Última noche. 

20 agosto 2011

(3x1) Séptima entrega: entrevista a Laura Rosal, David Leo García y Cristian Alcaraz.


Agosto es cruel. La policía de Madrid es cruel. Dios es cruel, a veces, cuando se nos aparece en forma de obligación e injusticia. Sin embargo, aquí, La Poesía. Que también es cruel pero dulce. Y con ella los verdaderos jóvenes del mundo: el poeta, eterno joven y eterno loco. Son Laura Rosal (Jerez de la Frontera), David Leo García (Málaga) y Cristian Alcaraz (Málaga) tres poetas andaluces, tres poetas importantísimos, autores de algunos de los libros más imprescindibles de la última poesía. Laura es fotógrafa y poeta. Ha publicado También mis ojos (El Cangrejo Pistolero, 2010) y pronto aparecerá su segundo libro de poesía y fotografía en SIM Libros. Su blog es muy seguido y copiado por jóvenes blogueras poetas y fotógrafas de nuestro país y hasta hace poco compartimos piso en Puerta de Toledo (dato quizá innecesario para algunos pero importante para mí). David es uno de los poetas a los que más admiro y quizá al que desde más tiempo conozco de esta antología, ¿desde los quince años?. Es autor de Urbi et orbi (Hiperión, 2007) y de Dime qué (DVD, 2011). Dime qué es un libro magnífico. Y por último Cristian, premio García Baena de La Bella Varsovia en 2010 y autor de Turismo de interior. Su libro, natural, divertido y doloroso a ratos, ha sido icono de la editorial y de muchos de sus compañeros de tiempo. Los tres autores han sido invitados a Cosmopoética en años consecutivos. Es un placer que hayan querido colaborar en Tenían veinte años y estaban locos aunque sus voces ya hubieran volado lejos mucho antes de este proyecto.


*Para algunos de vosotros Tenían veinte años y estaban locos será vuestra primera publicación en papel. ¿Qué supone este hecho en vuestros planes como creadores?

Laura Rosal: En mayo de 2010 salió a la luz mi primer libro de poemas, También mis ojos, con Cangrejo Pistolero, aunque ya había publicado anteriormente poemas en un par de antologías. La difusión de este libro trajo consigo algunos cambios (positivos) en mi actividad artística: hasta entonces era más conocida como fotógrafa que como poeta, la escritura era para mí una actividad silenciosa, y solo en los últimos años había conseguido mostrar algo de lo que escribía a través de internet.

Con Tenían veinte años y estaban locos ocurre que me encuentro muy cómoda. A menudo tengo la impresión de estar desorientada respecto a todo lo que me rodea, de no tener raíces, de no pertenecer a nada, ni a nadie. Me hace ilusión formar parte de este libro, pues en las antologías a menudo sucede que realmente desconoces por qué estás allí, o cuál es tu nexo con los otros autores. En este caso, aun habiendo varios autores que no conozco en persona ni había leído hasta el momento, puedo sentir una especie de nexo diáfano, una confianza sencilla que me mantiene en calma.

David Leo García: He tenido a mal perpetrar dos libros de poemas anteriormente: un Urbi et orbi y un Dime qué. Pero el público potencial de cada publicación es distinto. Por tanto, es una buena oportunidad ésta para causarle un trastorno de personalidad a uno de esos nuevos lectores.

Cristian Alcaraz: Supone un punto de encuentro, un lugar común parecido a un bar.

Cristian Alcaraz

*¿Publicar en papel -en antologías, revistas, plaquettes o libros propios- es una obsesión o un fin en esta época reinada por lo digital? ¿Tenéis proyectos de publicación entre manos? ¿Os presentáis a premios? ¿Rechazáis la idea de publicar un libro pronto?

Laura Rosal: Opino como casi todos los que han respondido anteriormente a esta pregunta: todo lo publicado en la red cuenta con la ventaja de la difusión, parece llegar más rápido a muchos más lectores; pero… no tiene nada que ver con el papel. Como lectora y como escritora me declaro una fetichista del papel, pero nunca he sentido demasiada urgencia por publicar. Es más, me confieso un poco vaga en este sentido.

Ahora estoy preparando un libro de fotografías y poemas, donde deseo que la imagen sea lo primordial y las letras puedan fundirse con ella. Tal vez se publique a finales de año con la editorial SIM Libros, de Sevilla.

En cuanto a los premios literarios, no tengo en mente presentarme a ninguno.

David Leo García: Publicar es más voluntario que escribir, desde luego, pero no deja de ser en parte involuntario. Esta molesta urgencia humana de crear se hace patente también en la publicación: necesitar que la obra exista ahí en el mundo, despegada de uno, independiente.

Me he presentado a premios para que este proceso se cumpla con mayor rapidez.

Cristian Alcaraz: Publicar en papel creo que es un fetiche, también una obsesión muy repulsiva, la verdad.

Estoy en proceso de escribir un nuevo poemario, proyecto al que dedicaré mi tiempo en la Fundación Antonio Gala este año. Espero que todo vaya bien y salga algo bueno.

Sobre los premios, sí, me he presentado a alguno (García Baena, por ejemplo). Creo que son un mecanismo directo para la publicación y difusión de tu propia obra, aunque también he de comentar que cuando recibí la llamada de los miembros del jurado pasé una mala noche.


*Unos tenéis blog y otros sois más activos en Facebook, Twitter y Tumblr. ¿Qué os han dado las estas plataformas en lo que a vuestra trayectoria y aprendizaje se refiere?

Laura Rosal: De estas plataformas solo tengo cuenta Facebook y blog, y ya me agobia bastante mantenerlas en activo: no sé qué haría con más páginas. Antes me abría cuentas en diferentes webs y al poco las abandonaba. El estúpido placer de registrarme y ausentarme. Hace unos años también usaba fotolog, aunque donde realmente comencé a publicar textos y fotografías fue en Livejournal (allá por el año 2004), una plataforma parecida a blogger en algunos aspectos, pero creo que más antigua. El blog lo abrí en 2007 con una dirección casi impronunciable, (http://www.bleueoiseau.blogspot.com/) pero que me ha dado pereza cambiar con el tiempo. Lo comencé como una especie de juego, y poco a poco se fue convirtiendo para mí en una herramienta de difusión muy significativa. Lo mejor de ello: a) lo visual (adoro los blogs con fotografías), b) descubrir a autores que aún no han publicado en papel.

David Leo García: Tengo un blog, <www.miscelaneadefresa.blogspot.com>, que comenzó siendo una muestra de mis ciclotimias y acabó siéndolo de mi pereza. En Facebook soy más voyeur que exhibicionista; me es útil sobre todo para intercambiar mensajes.

¿Qué ha aportado a mi escritura? Las redes sociales no le han dado más que un síntoma de la transformación de la intimidad y la sobrecarga de información en las que vivimos, y que acaban reflejándose en los poemas de este tiempo.

Por otro lado, ni siquiera sabía qué era Tumblr hasta este proyecto.

Cristian Alcaraz: Sobre todo contactos y enemigos… también conocer lo que se está gestando en otros lugares, lo que obsesiona y desestabiliza a otros, etc. Pienso que las redes sociales juegan un papel muy importante a la hora de conocer a otros autores, también a la hora de ligar.


*¿Y qué relación tenéis con vuestros contemporáneos -no sólo con los jóvenes o compañeros de antología, también con otros creadores coetáneos-? ¿Cómo han influido en vuestra obra o en vuestras ambiciones?

Laura Rosal: Como poeta creo que me he visto más influida por los clásicos, y me siento un poco ignorante respecto a la obra de mis coetáneos. Necesito leer mucho más. Como persona, considero a muchos de ellos mis amigos, y si hay algo de lo que sin duda me contagian, es del entusiasmo de hacer cosas, algo equiparable a una pasión colectiva.

David Leo García: Ignorancia y curiosidad. No lo sé.

Cristian Alcaraz: Nutrirse siempre es bueno, supongo que de personas que comparten tu tiempo y tu Facebook más aún. Han influido a la hora de escribir, por supuesto, pero también en el terreno personal. Sus comentarios, sus críticas, su apoyo, etc. han influido a la hora de tomar decisiones y sobre todo me han servido para conocer de cerca la percepción que se tiene de mí y de mi obra.


Laura Rosal (autorretrato) 

*Todos procedéis de distintas ciudades en las que imagino más o menos “movimientos literarios”. ¿Hacéis recitales, performances, actuaciones? ¿Participáis en la vida “literaria” de estos lugares?

Laura Rosal: Durante el curso pasado residí en Madrid, donde pude moverme un poco por los diversos recitales que se hacen en bares como Los diablos azules, o algunos sitios de Lavapiés. En Sevilla, ciudad en la que me siento más en casa que en la mía propia, sí he tenido la suerte de seguir todo el movimiento de Cangrejo Pistolero, siendo su ojo fotográfico la mayoría del tiempo, y también como poeta en varias ocasiones. En mis recitales disfruto mucho cuando integro imágenes y música a la palabra.

David Leo García: Dentro de su perdonable provincianismo, Málaga tiene una propuesta cultural bastante decente: la actividad del Centro Andaluz de las Letras, el Centro Cultural Generación del 27 y el Instituto Andaluz del Libro, entre otras instituciones, da buena cuenta de ello. He participado aquí y allá, donde me han solicitado, haciendo recitales más o menos ortodoxos. La performance necesita un talento adicional del que yo carezco. Y, dicho sea de paso, del que carecen muchos de los que la llevan a cabo.

Cristian Alcaraz: Mi ciudad es pequeña, pero sí, suelo participar en lecturas colectivas y presentaciones. Creo que mis amigos ya están cansados de escucharme…


*Algunos os conocéis, sois amigos, otros ni siquiera habíais escuchado vuestros nombres antes de saber que compartíais espacio, de hecho, hasta la publicación en octubre de Tenían veinte años y estaban locos apenas os podréis leer en la red y en el Tumblr de origen. ¿Habéis hecho algún descubrimiento cotilleando la obra de vuestro compañero de al lado?¿A quién echáis de menos en un libro de estas características?

Laura Rosal: Muchos de los autores de la antología son un descubrimiento para mí. Sé que la selección ha sido complicada, y si tuviera que añadir a alguien más, serían autores ya mencionados como Pablo López Carballo o Natalia Litvinova, que por razones de edad o nacionalidad quedaron fuera de la selección.

David Leo García: Antes de esta iniciativa, apenas si había leído a seis de los compañeros, y en algunos casos sólo superficialmente. Menos de la cuarta parte. Ahora pienso: tengo que ponerme las pilas.

¿Algún descubrimiento? Me han llamado la atención algunos textos de María M. Bautista, por su clasicismo reestructurado, que no suena a impostura en ningún momento.

Echo de menos la propuesta más sólida de entre los nacidos en los 80: la de Pablo López Carballo. Supongo que quedó fuera por motivos de edad. También a otros poetas, que además han publicado con La Bella Varsovia, como son Diego Llorente, Beatriz Ros y Juan Bello. También Javier Vicedo, Julio Fuertes...

Cristian Alcaraz: He estado cotilleando, claro. Conozco a varios de los autores que participan en la antología personalmente (Laura Rosal, Javier Gato, David Leo García) y gracias a los bares, otros han sido un gran descubrimiento. Es un lujo observar que la gente joven se mueve con la poesía. Da muchos ánimos.
Echo de menos, inevitablemente, a algunos autores y amigos como Ana castro, María González, Sara Toro, Alejandro Díaz del Pino… pero me alegra conocer voces nuevas.


*¿Cómo pensáis que será recibida vuestra voz?

Laura Rosal: Al ser una antología, creo que mi voz será recibida como una pieza de un puzzle, por muchas que sean las diferencias que puedan existir entre nosotros. Creo que el conjunto en sí dará mucho que hablar…

David Leo García: Curadito de espantos estoy, desde una crítica a Urbi et orbi en Poesía digital titulada “1988” (que lo más reseñable de un libro sea la fecha de nacimiento de su autor es, cuanto menos, curioso), y otra a Dime qué en Lector-malherido en la que éste montaba un barroco monólogo para confesar que no había entendido nada.

Aunque espero seguir sorprendiéndome.

Cristian Alcaraz: A saber…

David Leo García (retratado por Laura Rosal)

*¿Os da miedo la repercusión, la crítica, el comentario?

Laura Rosal: ¡No! Creo que son muy necesarios.

David Leo García: ¿Miedo? “Ma questo” said the boss, “è divertente”.

Cristian Alcaraz: Para nada. Con la publicación de Turismo de interior ya he superado eso... La gente comenta y critica, a veces sin saber, pero al publicar te arriesgas a escuchar de todo.


*Los lectores y vosotros mismos veréis la diversidad que hay en el libro, pero también apreciaréis que muchos tocáis temas comunes o tenéis influencias parecidas. Ya sé que es difícil... pero ¿cómo definiríais la poesía que hacéis? ¿Y cuáles son vuestras influencias, no sólo literarias, sino en general?

Laura Rosal: Tanto en mi fotografía como en mi poesía me siento seducida por una búsqueda intuitiva de la belleza. La belleza del dolor, sobre todo. Creo que también estoy obsesionada con la tristeza, la luz, el vino, el cuerpo, el lenguaje, el sexo y la humedad.

Si tuviera que enumerar las influencias literarias me volvería loca del todo, así que solo nombraré a Pizarnik, porque fue la primera que me agarró del cuello y me sumergió hasta lo más profundo. Si no fuera por su poesía, tal vez nunca me habría interesado por el resto de Poesía. Algunas influencias aleatorias en la fotografía: Diane Arbus, Sally Mann, Guy Bourdin, Ye Rin Mok, Nobuyoshi Araki, Francesca Woodman, o García Rodero. En la música: Cat Power, Satie, Peter Broderick, Vashti Bunyan, Mogwai, Elliott Smith, etc.


David Leo García: Me falta visión en perspectiva (lo que intentaré paliar con la lectura de la antología) para responder a esta pregunta.

Por otra parte, si lo que se intuye en la pregunta es un encuadramiento generacional... no puedo estar de acuerdo. Desde hace varias décadas la poesía española no se mide por generaciones, y mucho menos por la superación de una a la precedente... En el caso de que hubiera un “padre”, más que matarlo se le procuraría un plan de pensiones.

En cuanto a la última pregunta: si tratara sobre gustos, podría hablar con la franqueza de un acusado. Pero al ser sobre influencias, toca más bien el papel del fiscal. Puedo decir que he aprendido mucho de la poesía de Vallejo, Brodsky, San Juan, Apollinaire, W.C. Williams, E.E. Cummings, Larrea, Claudio Rodríguez, Aníbal Núñez, Stadler, Benn, Ovidio, Mark Strand, Simic, yo qué sé, un búlgaro desconocido que se llama Lyubomir Nikolov... El cine de Renoir, Bresson, Eustache, Peckinpah, Murnau, Wilder, Nicholas Ray, qué fácil es ponerse estupendo, canciones de Pulp, el cómic The Acme Novelty Library de Chris Ware, el habla de mi madre, novelas de Boris Vian, de Nabokov, Las amistades peligrosasFragmentos de un discurso amoroso, los cuentos de Chéjov, los chistes de los amigos, las repeticiones de Los Simpson, el balbuceo de los niños. Todo ese caos que forma una identidad.

Cristian Alcaraz: Pues hago una poesía simple con un lenguaje sencillo. No busco hacer poesía elitista o de compromiso… creo una historia y me dejo llevar, eso es todo.
Influencias de todo tipo, pero sobre todo influencias del día a día (redes sociales, cine actual…) y del teatro contemporáneo. Todo lo que vivo me influye, desde una canción petarda a la reacción de un viejo verde en el trabajo, todo es punto de mira y de poesía.


*¿A qué poeta os parecéis? ¿A qué poeta os gustaría pareceros? ¿A qué poeta dirán que os parecéis?

Laura Rosal: No sé, no sé, no sé…

David Leo García: Ni idea, multiplicado por tres. Uno puede tomar más o menos recursos, incluso llegar al plagio, de los poetas que prefiera, pero es muy ingenuo pensar que por ese motivo llegará a parecerse a ellos.

Cristian Alcaraz: En innegable la influencia de Pablo García Casado y de su libro Las afueras en mi poesía, pero también de otros autores como Bukowski, Antonio Portela, Elena Medel… Me gustaría parecerme a escritores como Ginsberg, Sade o Houellebecq y a dramaturgos como Rodrigo García (autores que me dejan destrozado).


*¿Por qué, después de todo esto, consideráis que estáis locos?

Laura Rosal: Me sentía incapaz de responder a esto y le he pedido opinión a mi psiquiatra y cohabitante:
Ignoro si Laura estará loca o no, pero sé que es capaz de volver loco a todo aquel que permanezca el suficiente tiempo cerca de ella (en un radio menor a diez metros). La cólera, el abatimiento, la fascinación, la delicadeza, el asco, la atención, la curiosidad, el asesinato, todo en un mismo cuerpo. Eso sí, ver cómo muda de personalidad, tránsfuga de sí misma, es un espectáculo único”. (DLG)

David Leo García: No lo estoy, pero lo finjo continuamente para convencer a mis convecinos de que es la forma de vida más saludable.

Estar loco es una obligación moral, escribió Pascal.

Me lo acabo de inventar.

Cristian Alcaraz: Porque no suelo ver porno.

18 agosto 2011

No es una novela, es un mundo.

Bélgica no es una novela. Bélgica es, posiblemente, el mejor poemario de Chantal Maillard. Aunque incluido en la colección de narrativa contemporánea de Pre-Textos, el último libro de Maillard es un gran diario compuesto por poemas, aforismos, recuerdos y animales. 

Para oír al pájaro es preciso acallar las voces que vuelven opacos los cielos e impiden la mansedumbre. -¿La mansedumbre? ¿Acaso el cansancio y el dolor que sacuden el cráneo no bastan para hacernos saber que vivir erguidos es un contrasentido, que arrastrarse es la condición de todas bestia en su terror, que nada nos librará del espanto de existir sabiendo que hay un fin y -¡oscura paradoja¡- que ese fin, solamente ese fin pondrá termino al terror de sabernos, entre todos, terminales?
Chantal Maillard

Cuando leo a Ellen Kennedy mi corazón...


 Hoy ha comenzado mi colaboración con la revista Mamajuana! con una reseña del libro Sometimes my heart pushes my ribs, de Ellen Kennedy. 

Para leer: pinche aquí. 

14 agosto 2011

Sometimes my heart pushes my ribs too.





Esta semana, aún no sé qué día: me voy, me voy. Al diablo voy. Pendientes: Pombo, Kennedy, Ajmátova. Dentro: mi columpio asesinándote. Fuera: las gafas redondas. Las ojeras. Aquí se duerme bien porque no hay coches, solo hay flores: recordad que estoy en el parque de los yonkis. Otra vez. Aquí nací: otra vez. Esta semana me voy a Barcelona. Me acuerdo de Almería y de Niza. Me acuerdo de la Puerta de Toledo Crew. No estoy sufriendo. No soy tan triste. Últimamente la poesía y la blogosfera me recuerda a algún tipo de competición: a ver quién está más triste. A ver a quién le duele más la menstruación. A ver quién da más pena. A ver quién se parece más a Plath o a Pizarnik. No me quejo. Yo me incluyo. Hace unos días terminé de escribir Sailor's Grave, mi cuarto poemario, sobre el cáncer y las drogas, sobre la independencia y el adiós a los padres. Sobre la familia enferma: fatuum y genética están aquí. Y luego leo Sometimes my heart pushes my ribs de Ellen Kennedy y sé que todo es una tontería. Porque la literatura, en general, se convierte en un A ver quién es más... En la estantería todos mis autores sufren. Desde Foster Wallace a Paul Celan. ¿Sabéis una cosa? Que os den. No pienso llevarme más de dos o tres libros a mi nueva casa. No pienso llevarme nada a mi nueva casa. Pienso llegar desnuda. Enseñaros el culo. Mi abuela me ha comprado un poncho para cuando haga frío. Pero pienso pasar frío. Enseñaros el vientre. Enseñaros los mocos. Vosotros: libros pesados. Vosotros: poemas sobre el maldito dolor. Que os den. Me voy, me voy, diablearé. Un santo soy.