11 marzo 2016

Diario de una baja médica (2).


Día 5.
Hablo el idioma de los gatos. No el que se maúlla sino el que se acaricia. Hablo el idioma de los fetos, mis dedos contra el botón salido de este ombligo que una vez cicatrizó hace 25 años dejando una marca con forma de estrella. Hablo el idioma de los fetos sí, de los que están sin estar porque la piel los cubre. Presiono y acaricio como a un gatito y la pierna de mi hijo responde al impulso. Hablo el idioma de los gatos, el idioma de los fetos, el idioma de los muertos: me dirijo con las manos a mamá, le recuerdo que hace dos años estábamos muriendo y estábamos cuidando. ¿Te gustaba la papilla, mamá? ¿Te gustaba la morfina? Hablo sola y hablo con ellos: lo gatos, el feto, la madre que no. Le digo a mamá que ahora yo soy madre, ¿sabes? Que ahora esa palabra significa otra cosa, ¿sabes? Hablo, para que hablen entre ellos. En la cama el pijama de flores, el gato expectante, la patada y la caricia, la canción favorita de mamá. Hablo el idioma de los locos, el idioma felino, el idioma amniótico, el idioma de la mami que no. Es una lengua que se aprende despacio, que se practica en sueños, que en realidad sólo sirve para decir "sí", "qué tierno", "hola" y "adiós".

4 comentarios:

Unknown dijo...

Hola! Hace un tiempo te envié un correo con algunos textos y estas palabras que dejo abajo. Quisiera saber si lo has recibido.
No sé si leerá este correo, si recibirá muchos como este, si acaso le importarán estas palabras. Pero igualmente le escribo, quizá por inercia, quizá por la imperiosa necesidad de agradecer la existencia de sus poemas y sus artículos. Desde hace meses me vienen abriendo heridas y curando otras. Es en su poesía donde me siento acompañada en la más íntima soledad. Donde me uno y me disuelvo en piel, vísceras, útero y sangre a otra dolorida. Donde la muerte de mi madre y sus gemidos sacan idioma. Donde las palabras me abren el estómago. Transcribí unos fragmentos suyos frente a mi ventana, junto a una foto de Pizarnik. Los leo como si hubiesen sido escritos por una hermana que a distancia me acaricia el pelo y las lágrimas.

Gracias y saludos!

Anónimo dijo...

Qué bonito post. Yo soy dos hijas y dos gatos y disfruté los embarazos con la intensidad que merecen. Enhorabuena!

Camino a Gaia dijo...

Todos dolemos y sufrimos. Pero si terminaran todas las distancias el amor ya no correria por las avenidas.

Mis mejores deseos.

Unknown dijo...

Me ha encantado ese detalle semántico. Claro, claro que tiene sentido que "mamá" ahora signifique otra cosa, y solo tú tienes el poder de entenderlo. Yo no puedo. No sé si puedo.